Genoveva (2014)
Dentro de la competencia de Cine Chileno de #SANFIC10 presenciamos uno de los relatos más íntimos que hayamos visto en el último tiempo. Se trata de “Genoveva”, de Paola Castillo, documental donde la directora reconstruye su historia y configura su identidad en base a una fotografía de su bisabuela que para sorpresa de todos, al parecer era mapuche. Un retrato servirá para un propósito mucho más amplio que determinar su ascedencia: dignificar el legado de nuestros pueblos imaginarios.
Paola Castilo y su hija deben ser iguales en un 99,9%. Es realmente impactante. Sin embargo, la niña es capaz de entregarle a su madre 2 elementos diferenciadores que ella puede distinguir a su temprana edad. El pelo de Paola y su piel es más oscura que la de su hija. Puede parecer irrelevante a primeras, pero no lo es. Paola cuenta un grotesco caso de discriminación que sufrió en España al respecto, donde le reprocharon cuidar hijos ajenos mientras los suyos, supuestamente, eran cuidados por otra en Chile. El problema surge cuando asumimos que para ver casos de discriminación así no tenemos que ir tan lejos. Basta ver la integración de nuestro parlamento, los roles que cumplen en la sociedad los descendientes de mapuches, el respeto por el mapudungun y sus tradiciones, etc. El mal llamado “conflicto mapuche” es quizás el único acercamiento que tenemos a la cultura que más configura a nuestro país, una nación que en su esencia tiene composición multicultural.
La historia de Paola reconstruye su historia pero también construye. Esto porque hay algunas cosas que se saben o se dan por ciertas, pero hay otras que no. Las que sabe o al menos especula debe investigarlas. Sea a través de partidas de nacimiento, el relato de su abuela o sus tías, todas las pruebas parecen indicar que el origen étnico de Genoveva es un “detalle” de su árbol genealógico que habría sido deliberadamente tapado con el tiempo. Donde no tenía información alguna, crea y no recrea, aportando elementos interesantes que embellecen la historia. En este sentido, la visita que realiza al Lonko es bastante emotiva, en especial por su capacidad, inmediata, de distinguir a una persona con herencia mapuche de una que no la tiene. Castillo acá tiene un recurso muy interesante, que consiste en reconstruir las fotografías con el tiempo a través de una modelo muy significativa a la cual volveremos en unos instantes.
Es agradable ver lo objetivo que se vuelve por momentos “Genoveva”. Castillo es capaz de hacer una fuerte crítica a su mismo abuelo, que fue un importante abogado de Concepción. El Sr. Villagrán nunca tocó el tema de su madre incluso ante su propia mujer. No sólo eso, se reconoce, por parte de uno de sus hijos (tío entonces de Paola) que habría cometido abusos “moviendo los cercos” en su predio, vulnerando quizás uno de los elementos mas característicos de la cultura mapuche: el territorio. Castillo no distingue entre chilenos y familiares. Todos, pasiva o activamente, hemos pasado sobre los mapuches. Su abuelo, como muchos otros, pasó de araucaria o canelo a convertirse en pino industrial.
En lo estético y técnico, el trabajo de Paola es muy pulido. Con el guión (si podemos hablar de uno cuando la historia es tan personal) sucede lo mismo. Se trata de 67 minutos donde quedas con la sensación que no falta ni sobra nada. Fuera de toda norma es la música de Camilo Salinas y Anita Tijoux. Ella aporta identidad a un documental que precisamente gira en torno a ese tema. La participación de esta es además simbólica, luego de los vergonzosos gritos que recibió hace unos meses en un concierto (para los extranjeros, le gritaron “cara de nana” en clara alusión a sus rasgos).
Paola Castillo utiliza su historia para que hablemos del mundo mapuche, un mundo olvidado en especial en Santiago, donde el vínculo más cercano que tenemos es el anverso de la moneda de 100 pesos. El resto, nos lo han construido los medios, quienes defienden claramente intereses que escapan del deber de informar. La intención de Paola de pertenecer a ese mundo, en especial en este momento, es algo que todos deben imitar. Paola pudo ponerse al margen, y caer en el juego de quienes reniegan de su naturaleza mestiza. Por el contrario, decide alzar un discurso en este interesantísimo documental. Esperamos que Genoveva tenga un lanzamiento comercial dentro de poco.
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